Del agua de Lanjarón a La Calahorra
Pues como comenté el viernes en Facebook, el sábado tocaba día de moto a lo bestia. Aprovechando que mi mujer (a partir de ahora MariPaz) visitaba en Sevilla a una amiga de la Universidad, no estaba dispuesto a quedarme todo el día en casa. La idea era ver a este cliente en Lanjarón y volverme a Sevilla a recoger a MariPaz. Dicho y hecho, a las 9 y 30 pretendía estar ya metiendo primera, pero al final y como siempre se me olvido coger varias cosas como los culotte de ciclista, unas pastillas para la alergia, un ibuprofeno para el dolor de la mano (si me dolía un wuebo y parte del otro. Artritis, claro) y una funda de goma para colocar el móvil en el soporte del GPS. ¡que desastre! ¡Espera, ibuprofeno, pastillas para la alergia, artritis!!! ¡Que asco de edad!

Lanjarón, La Calahorra y Sevilla
Una de esas cosas que se me olvidó, era una funda de goma para el teléfono para poder colocarlo en el soporte de la moto. Si no le pongo esta funda, corro el riesgo de que se suelte con las vibraciones y se valla al caraj… Bueno, paré como en cinco gasolineras buscando la dichosa funda de goma y sabéis una cosa, al final la compre en Lanjarón y no utilice el GPS. Bueno, la verdad es que no es muy difícil llegar hasta Lanjarón.
Al grano!! De Jerez a Lanjarón hay unos 310 Km y unas 3 horas y media así que no podía perder tiempo.
Después de tantas paradas en las gasolineras para buscar la dichosa funda, sobre las 13 y 10 entraba en Lanjarón. Muy bonito, pero yo iba a ver a un cliente al que le he estado vendiendo material para hormigón impreso y desgraciadamente no contesto a mis llamadas, no le culpo, le avise con dos días de antelación y posiblemente el hombre tuviera que hacer sus cosas. ¿Que hacer? pues voy a ver el pueblo en unas cuantas vueltas y listo. Como veis en el vídeo, tiene algunas calles que se las traen, muy curveadas y con cuestas algo complicadas. Por supuesto después de la visita motera por el pueblo, una buena cerveza con su típica tapa, y contando en el reloj las 14:15 minutos, las dos neuronas que me quedan, se reagrupan y me surge una pregunta: ¿Y ahora que? Si me voy para Sevilla, voy a llegar muy temprano y posiblemente moleste y me aburra como una ostra… ¿que hago? pues me voy a La Calahorra, pueblo que he visitado varias veces porque tengo un proveedor allí y donde he comido el mejor cordero asado de mi vida. Además tiene un Castillo con una historia tremenda y que visitaremos en otra ocasión porque merece la pena.

Castillo La Calahorra
El tiempo pasaba y claro, tenía que estar en Sevilla como muy tarde a las 19:00 para salir sobre las 21:00 para Jerez y desde La Calahorra hasta Sevilla hay unos 320 kilómetro. Si eran casi las 14:30… y estaba a 125 km de La Calahorra… tenía el tiempo algo justo pero… que caraj….. ¡ala que nos vamos! pa La Calahorra. Como dije antes, en otra ocasión tenemos que visitar a fondo el pueblo, pero sobre todo el entorno y el Castillo de La Calahorra que se puede visitar algunos días en la semana avisando con tiempo. Y luego el cordero asado ¡WOW! que buuueeno!!!
A las 14:45 entraba en La Calahorra y lo justo para unas fotillos una cerveza y pa Sevilla. ¿Y para ese tiempo te vas a La Calahorra? pues sí, porque de lo que se trataba era de montar en moto, visitar lugares ya conocidos aunque fuera por un espacio de tiempo limitado y porque me da la gana, coño…
A Sevilla llego a las 18:50 en pleno partido del Cádiz contra el Sevilla y me da por quedar en el Corte Ingles al lado del Estadio Sánchez Pizjuán. Al final todo perfecto y controlado, no paso ningún incidente y nos pudimos tomar unas cevecillas y emprender el camino para Jerez. Por cierto contamos poco más de 74 autobuses con seguidores del Cádiz por la autopista. ¡Que pasada!

Castillo La Calahorra
En resumen: 836 kilómetros en total, unas horas de reencuentro con lo que conocía y calambres en el culo, ¿porque se me olvidarían los culottes?. Unos 45 € en gasolina y unos 10 € en líquido, principalmente cervezas (es que dicen que no engordan y sientan muy bien). Bueno que un pedazo de día motero y que me voy, adiós, hasta otra…